Por los efectos debastadores que el temporal Filomena ha tenido sobre el arbolado de Getafe, nos unimos al manifiesto que impulsan las asociaciones ARBA, ARRIBA LAS RAMAS, BIOTOPNATURA, ENTORNO MEAQUES-RETAMARES, ECOLOGISTAS EN ACCIÓN, MESA DEL ÁRBOL DE CARABANCHEL, RED DE HUERTOS URBANOS DE MADRID, RED CIUDADANA DE SEVILLA, TREPA.
Manifesto Árboles Necesarios: Borrasca Filomena y arbolado urbano
La nevada inusual que ha tenido Madrid ha provocado la rotura y vuelco de miles de árboles. Afortunadamente esto no ha provocado víctimas mortales.
El calentamiento global tiene como consecuencia fenómenos meteorológicos cada vez más intensos y frecuentes, no sólo sequías y olas de calor (2020 ha sido el año más cálido que se conoce) sino también borrascas extremas como esta.
- Los árboles aportan unos beneficios ecosistémicos fundamentales para nuestras ciudades: absorben el CO2 que generamos y absorben otros compuestos nocivos para nuestra salud, aportandonos el oxígeno que necesitamos. Suavizan las temperaturas tanto en verano como en invierno, frenan la escorrentía y nos ayudan a aprovechar el agua, son el hogar de la fauna que habita en las ciudades…y un sin fin de beneficios de los que nos aprovechamos aunque no seamos siquiera conscientes de ellos.
Los árboles, pues, son imprescindibles en nuestras vidas y nuestras ciudades.
Por todo lo anteriormente expuesto y ante lo vivido este fin de semana en Madrid, transmitimos tanto a la ciudadanía como a la Administración: - Los árboles no están preparados para eventos extremos, más cuando están debilitados por años de maltrato. Sistemas radiculares débiles, podas irracionales y malas plantaciones no ayudan a su fortaleza y estabilidad.
- La Administración pública competente es responsable de que los trabajos de recuperación se hagan de forma profesional y correcta. Esto incluye tanto la retirada de árboles caídos, las podas que haya que ejecutar, como en la posterior planificación y plantación de los que habrá que reponer.
- Es posible que en grandes parques urbanos y zonas forestales periurbanas no se retire totalmente el árbol dañado. Hay que atender de manera profesional cada caso y sus particularidades, muchos se podrán recuperar y aquellos que no sea así, podrán servir de nichos ecológicos como refugios, por ejemplo, para aves. De esta manera, se siguen y completan los ciclos y dinámicas naturales.
- Es preciso que preparemos nuestros árboles urbanos para un cambio climático que ya se está produciendo. Bien plantando una especie arbórea o bien una arbustiva, adecuando el programa genético de cada especie a las características concretas del entorno donde se va a desarrollar. Estas nuevas plantaciones deben ser diversas y evitar las alineaciones monoespecíficas.
- Han de destinarse más recursos a la gestión y mantenimiento de la vegetación urbana: más personal, más medios y más formación.
- Es imprescindible fomentar la educación ambiental y el conocimiento de la cultura del árbol entre la ciudadanía.