La historia de los dos camiones que chocaron de frente en una autopista francesa la relató el campesino y filósofo Pierre Rabhi extrañado al conocer el contenido de las mercancías que quedaron desparramadas. El camión que viajaba de Almería a Holanda transportaba tomates y el que viajaba de Holanda a Barcelona transportaba… tomates. Acontecimientos similares con el choque de camiones en un túnel del sur de Suiza que transportaban agua mineral de la misma compañía de Italia a Francia y viceversa.
Sucesos que ilustran muy bien la irracionalidad de la producción y el consumo. La mundialización alimentaria se acompaña de una brutal concentración de poder, apenas diez empresas transnacionales (Coca-Cola, Danone, Kellogg’s, Nestlé, General Mills…), controlan casi todas las grandes marcas de bebidas y alimentos en el mundo y cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria.
Así, por ejemplo, son muy pocas las empresas que controlan el mercado de las semillas (Novartis, Monsanto, Aventis…), robándoles a campesinos los últimos recursos que les permiten sobrevivir fuera del mercado mundial. Políticas que provocan desplazamientos de poblaciones locales, la destrucción de tierras ancestrales y escasa compensación para los y las trabajadoras, utilizan sustancias conservantes para alargar la vida de los productos y suponen una importante emisión de gases de efecto invernadero en el transporte.
Cooperativas de consumo
En estos tiempos que corren la mirada hay que ponerla en otras formas de vida, más rurales y menos dañinas con el planeta, basándonos en motivos sociales y ecológicos, el elemento más relevante de este disparate alimentario no lo tenemos que buscar fuera, están en nuestras proximidades y lo más cercano es la Comunidad de Madrid.
En Getafe, iniciativas como la cooperativa de consumo Biolibere, Supermercado Cooperativo, es capaz de abastecer a las familias socias de productos saludables de productores con un ámbito de influencia que abarca toda la zona sur. Importa destacar el necesario impulso y fomento de los huertos urbanos recuperando zonas verdes hasta ahora en desuso para la producción local… recuperando las semillas originarias con sabores y olores. Iniciativas significativas son también las diversas organizaciones que han constituido la «Mesa del Árbol»al considerar que los árboles son aliados en la lucha contra el cambio climático, ya que absorben buena parte de las emisiones contaminantes.
Experiencias todas ellas de mucha importancia, como solía decir Eduardo Galeano «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo», indican la tendencia; pero deben ir acompañadas de otras iniciativas.
Soberanía alimentaria
La falta de acceso a alimentos es un problema silenciado que saltó a la opinión pública durante los meses de confinamiento estricto, aún continúan. Cantidad de colectivos y entidades sociales tuvieron que hacer frente a la demanda de una población precaria y excluida en un mundo de abundancia.
Resulta paradójico que un municipio como Getafe solo tenga registrados en la Seguridad Social 223 personas como agricultores y en el paro 75 personas registradas como desempleadas del sector. Se trata de generar una conciencia de las relaciones de interdependencia entre las zonas rurales y las urbanas. Al mismo tiempo que respetemos y no saqueemos los caladeros de pescado de Senegal; los fosfatos del Sahara, las frutas de centroamerica, la deforestación de Singapur para producir aceite de palma…
La mejor cooperación que podemos hacer es que los y las campesinas locales dispongan de sus propios alimentos, recuperen su Soberanía Alimentaria, consigamos erradicar el hambre y mitigar el efecto de expulsión de sus tierras.
J. A. González
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