El acoso escolar es una de las grandes preocupaciones de los adolescentes, probablemente porque la repercusión que han tenido algunos casos ha servido para visibilizar el daño irreversible que sufren las víctimas. Sin embargo, miles de jóvenes siguen sufriendo miedo mientras la sociedad les da la espalda.
Una gran parte de los y las jóvenes afectadas forman parte del colectivo LGTBI+. En muchos casos, adolescentes que se arriesgan a desarrollar su personalidad sin tapujos y que terminan siendo víctimas de acoso.
Un dato que invita a la reflexión es que el 60% de los estudiantes madrileños hayan presenciado acoso homófobo y tránsfobo en la escuela. Este dato es el reflejo de la gran violencia olvidada por las instituciones y centros escolares que son, en parte, responsables de que se siga produciendo ya que no se están aplicando medidas efectivas.
Poco nos paramos a preguntar y reflexionar sobre la vida de las personas que sufren acoso, sobre sus sueños rotos, sobre sus inseguridades.
Salir del armario durante la adolescencia sigue siendo hoy un acto heroico, ya que un 50% del acoso escolar es por razón de orientación sexual e identidad de género de los jóvenes. Sin embargo, aunque esta lacra que inunda los centros de estudios de la comunidad de Madrid, las políticas de educación afectivo sexual y la lucha contra el bullying siguen siendo claramente insuficientes.
Las agresiones más habituales hacia el colectivo son verbales y las más frecuentes son los insultos como maricón, bollera, tortillera, julandrón, marimacho o que pierdes aceite, entre otros muchos insultos que tienen que soportar miles de estudiantes en las aulas, sin que ninguna medida los remedie.
Aitor Valdivia
Periódico nº5 – junio 2021
Edita: Grupo Municipal Más Madrid Compromiso con Getafe.
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